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“Al chavismo le hace falta gobernar con el Polo Patriótico”
13.05.2013 05:30 AM Heiber Barreto conductor del programa online de análisis político “Golpe de timón” postula que las fuerzas aliadas del Psuv deben coordinar las gestiones públicas
Caracas.- La oposición ha adelantado una campaña nacional e internacional para posicionar la idea de que Venezuela está inmersa en una crisis política. ¿Comparte usted esa apreciación?
-No. Lo que hay es una crisis de confrontación entre dos proyectos, pero no una crisis institucional o de gobernabilidad. Es más: la oposición lo que está adelantando es una campaña de descrédito de las instituciones y, específicamente, de cada uno de los poderes públicos. Comenzó por deslegitimar, al mismo tiempo, al Poder Ejecutivo y al Poder Electoral cuando desconoció los resultados de las elecciones del 14 de abril, y por ende, la autoridad del candidato triunfador Nicolás Maduro como Presidente de la República.
-El politólogo chavista Miguel Ángel Pérez Pirela indica que el propio Capriles habría revelado su estrategia al adelantar que “todo será por capítulos”. ¿Cuál podría ser el propósito último de tal desconocimiento gradual de las instituciones?
-Antes de que lleguemos al capítulo final -que podemos vislumbrar - es necesario recordar los más recientes capítulos: campaña de desprestigio del Poder Legislativo a través de las acciones violentas que allí protagonizaron con el ánimo de construir la matriz de opinión de que no hay diálogo posible y que, por lo tanto, la única salida está al margen de las instituciones.
-Al chavismo esto le luce como un golpe de Estado por partes.
-Sí es un golpe de Estado. Falta incluir en este recuento otro capítulo que está en pleno desarrollo como es la deslegitimación, igualmente, del Poder Judicial, al intentar impugnar totalmente las elecciones del 14 de abril y, al mismo tiempo, afirmar que el TSJ no fallará a su favor porque es otro poder controlado por el Psuv.
-Da la impresión de que la institucionalidad venezolana está inerme ante tal campaña porque, de alguna manera, ha tenido éxito. ¿Por qué lo ha conseguido?
-Porque la proyección de esta campaña de desprestigio ha tenido como destino final los medios de información internacionales y nuestro gobierno, en ese ámbito, perdió la ofensiva -que pudo haber adelantado si de verdad tenía claro cuáles eran los planes de la oposición, como si ocurría mientras el presidente Chávez presidía el gobierno.
-Está señalando fallas estratégicas y tácticas muy severas en el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Y, aparentemente, muy elementales. ¿Está condenado Maduro a seguir así hasta que lo tumben?
-Prefiero llamarlas fallas elementales, que son perfectamente corregibles, para impedir que se desarrollen exitosamente los planes de la oposición, cuyo propósito es lograr la derrota del proyecto revolucionario en el referendo revocatorio presidencial que ya anunció Capriles.
- Analistas afines al chavismo sostienen que la matriz de opinión de que “Maduro se robó las elecciones” no ha calado entre el pueblo porque, si no, tendríamos masas vociferantes en las calles, y no es así. Aseguran que el país ha aceptado con tranquilidad y algo de esperanza al nuevo gobierno de Maduro. ¿Cree que Capriles podría tener, finalmente, éxito con su estrategia?
-En Venezuela, en el ámbito nacional no, pero en el internacional sí ha logrado avanzar con relativo éxito en imponer esta imagen.
-¿Entre quiénes? Todos los gobiernos del mundo, excepto EE UU, han reconocido a Maduro. ¿O cree que lo han hecho mordiéndose la lengua?
-Lo que está claro es que la campaña de desprestigio de Capriles ya ha logrado producir roces diplomáticos importantes con gobiernos como el de Perú, Colombia y España.
-A esa matriz opositora de “elecciones fraudulentas en Venezuela” se agregó recientemente la imagen de diputados dándose trancazos en la Asamblea Nacional, que tuvo, entre otros saldos, el rostro herido del principal líder legislativo opositor Julio Borges. Foristas del portal aporrea.org afirman que fue una trampa opositora en la que cayó la bancada revolucionaria, con la anuencia del presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello. ¿Fue así?
-Fue un peine que pisaron los diputados chavistas, con una mezcla de pasión e ingenuidad, muy comprensible, además.
-¿Comprensible por qué?
-Por lo que hemos sabido acerca de la premeditación de las provocaciones que llevaron adelante los diputados de oposición en contra de la memoria de Hugo Chávez. Esto también ayuda a entender por qué pisaron el peine.
-¿Qué les falta actualmente a las filas chavistas, aparte, naturalmente, de su líder histórico?
-Hasta ahora les falta un gobierno que convoque a las 14 fuerzas aliadas para que, de manera efectiva, sean incorporadas en la coordinación de las políticas públicas. Al chavismo le falta un gobierno que gobierne con el Gran Polo Patriótico y no sólo con el Psuv y su pretendida hegemonía.
-¿Con qué aspectos del modo en que Chávez gobernaba es imprescindible cortar hoy, si se aspira a mantener la revolución?
-Tenemos que cortar con la confianza sobreestimada que teníamos de que la gran mayoría del país endosaba un apoyo automático, irrestricto, a la revolución. Chávez ya no está y Maduro, por más que sea hijo de Chávez, no es Chávez, como los hijos del Che no son el Che.
-¿Y eso qué significa para Maduro? ¿Qué debe hacer para paliar la ausencia del sentido estratégico y táctico que tenía Chávez a fin de impedir la derrota revolucionaria?
-El gobierno debe colocar más énfasis en su disposición y capacidad para hacer política y menos en tratar de proyectar una imagen carismática del Presidente que, frente a Chávez, queda muy disminuido.
-¿Debe ensayarse una suerte de dirección colectiva de la revolución o eso es un espejismo ineficaz?
-La dirección colectiva no pasa de ser una fantasía, una frase halagadora para con el pueblo si los que integran ese comando colectivo piensan igual o son todos del Psuv. La manera auténtica y honesta sería incluir en esa dirección colectiva a representantes de disímiles, e incluso contrapuestas, corrientes del pensamiento revolucionario.
-¿No sería eso una suerte de ensalada loca que lo único que asegura es la ineficacia?
-La ineficacia, la corrupción y el burocratismo en los que ha degenerado una porción importante de nuestras instituciones, ha sido producto de la hegemonía de algunos pocos grupos de poder que han copado las esferas gubernamentales. Nunca ha sido el resultado de la participación democrática de todos los partidos políticos y movimientos sociales que tienen años reclamando que al menos se les escuche en el gobierno revolucionario.
-¿Cree que el presidente Maduro pudiera hacer mejor gobierno que el de Chávez?
-Con que lo haga similar ya sería una gran ganancia.
De perfil
El politólogo Heiber Darío Barreto Sánchez es barquisimetano, nacido en 1972.
Se licenció en Ciencias Políticas en 1999 en la Universidad Simón Bolívar, en la cual recibió posteriormente su Magister en Ciencias Políticas en 2006 y donde está cursando un doctorado en esa misma especialidad. Está en fase de tesista doctoral. Sus trabajos de investigación de grado y maestría los dedicó al estudio de los movimientos sociales de Barquisimeto.
Entre los años 1993 y 1996 se desempeñó en el prestigioso centro para el desarrollo Fudeco, enclavado en la ciudad crepuscular, como capacitador de organizaciones populares de base y de instituciones públicas.
Entre 1997 y 2001 fue consultor en la Fundación Parque Tecnológico de Barquisimeto.
Desde 2004 a 2006 fue profesor del Programa de Formación en Estudios Políticos y Gobierno de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Caracas.
Desde 2006 se desempeña como investigador-docente. En los últimos tres años ha coordinado un proyecto de apoyo al fortalecimiento de Consejos Comunales indígenas en Apure.
Conduce, junto a Nicmer Evans, el programa de televisión “Golpe de timón” , transmitido por Canal I.
El politólogo Heiber Darío Barreto Sánchez es barquisimetano, nacido en 1972.
Se licenció en Ciencias Políticas en 1999 en la Universidad Simón Bolívar, en la cual recibió posteriormente su Magister en Ciencias Políticas en 2006 y donde está cursando un doctorado en esa misma especialidad. Está en fase de tesista doctoral. Sus trabajos de investigación de grado y maestría los dedicó al estudio de los movimientos sociales de Barquisimeto.
Entre los años 1993 y 1996 se desempeñó en el prestigioso centro para el desarrollo Fudeco, enclavado en la ciudad crepuscular, como capacitador de organizaciones populares de base y de instituciones públicas.
Entre 1997 y 2001 fue consultor en la Fundación Parque Tecnológico de Barquisimeto.
Desde 2004 a 2006 fue profesor del Programa de Formación en Estudios Políticos y Gobierno de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Caracas.
Desde 2006 se desempeña como investigador-docente. En los últimos tres años ha coordinado un proyecto de apoyo al fortalecimiento de Consejos Comunales indígenas en Apure.
Conduce, junto a Nicmer Evans, el programa de televisión “Golpe de timón” , transmitido por Canal I.
Autogol parlamentario
Heiber Barreto Sánchez es muy crítico -hasta el punto de rozar una desesperación que nunca se sale de sus cabales- sobre la controversial medida impuesta por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, de impedir el derecho de palabra a los diputados opositores en el hemiciclo parlamentario, “en reciprocidad” -como alegó en la red social twitter- por la negativa de estos a reconocer la legitimidad del presidente Nicolás Maduro Moros.
“Eso no tenía sentido, y si hubo alguna fundamentación jurídica, real y consistente, muchos todavía la estamos esperando. Esa decisión de suspenderles el derecho de palabra a los parlamentarios de la oposición sólo podría haberla entendido durante los días 15 y 16 de abril pasado, como una medida de emergencia para impedir que el antichavismo utilizara la Asamblea Nacional como palestra para llamar a un golpe de Estado que estaba en marcha, como sí ocurrió en el golpe de Estado de 2002”.
Heiber Barreto Sánchez es muy crítico -hasta el punto de rozar una desesperación que nunca se sale de sus cabales- sobre la controversial medida impuesta por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, de impedir el derecho de palabra a los diputados opositores en el hemiciclo parlamentario, “en reciprocidad” -como alegó en la red social twitter- por la negativa de estos a reconocer la legitimidad del presidente Nicolás Maduro Moros.
“Eso no tenía sentido, y si hubo alguna fundamentación jurídica, real y consistente, muchos todavía la estamos esperando. Esa decisión de suspenderles el derecho de palabra a los parlamentarios de la oposición sólo podría haberla entendido durante los días 15 y 16 de abril pasado, como una medida de emergencia para impedir que el antichavismo utilizara la Asamblea Nacional como palestra para llamar a un golpe de Estado que estaba en marcha, como sí ocurrió en el golpe de Estado de 2002”.
“Tenemos que cortar con la confianza sobreestimada que teníamos de que la gran mayoría del país daba un apoyo automático a la Revolución. Chávez ya no está y Maduro, aunque sea hijo de Chávez, no es Chávez”.“La ineficacia, la corrupción y el burocratismo, en los que ha degenerado una porción importante de nuestras instituciones, ha sido producto de la hegemonía de algunos pocos grupos de poder que han copado el gobierno”.
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